viernes, 4 de marzo de 2011

8 de MARZO... ONE MORE TIME


¿Qué es lo diferente/otro sino lo dominado?
Monique Wittig
Se aproxima la gran efeméride... y todavía no nos hemos puesto de acuerdo sobre el origen de esa fecha. Angela Davis asegura que celebramos una gran manifestación de mujeres obreras, negras y blancas, que se dió en Nueva York a principios del siglo XX. Nenas, lo siento, tengo su maravilloso Mujeres, raza y clase a veinte centímetros de mí, pero me da un perezón terrible buscar la cita exacta y el año. Aquí ya sabéis que no vais a encontrar nunca datos exactos y contrastados, alergia al periodismo que tiene una. De cualquier manera, lo que es seguro es que el 8 de marzo no murieron nosecuantas obreras abrasadas en una fábrica, aunque sí sucedió muchas veces a lo largo de aquellos remotos años de industrialización feroz y más feroz aún lucha obrera. Hasta para ensombrecer el día internacional de la lucha feminista nos han trucado la memoria con el fin de victimizarnos!!!
Y volveran las estúpidas preguntas: ¿por qué os empeñáis en celebrar este día, mira que sois pesadas y vintage? ¿Acaso no son todos los días los de las mujeres?
Todos los años el mismo cuestionamiento gilipollas. Claro que a nosotras, las pesadas feministas vintage nos suda el coño tales críticas... Nenas, dientes, dientes, qué es lo que les jode...
En fin, hoy me he despertado peleona y con ganas de plantear aquí otro de los grandes peros que se nos formulan continuamente a las feministas (nuestras adversarias suelen ser todavía más pesadas y vintage que nosotras). Atención, pregunta: ¿por qué sólo mujeres?, ¿por qué sois separatistas?
Voy a respirar hondo así no vomito sobre el teclado y desintegro las tripas de mi fiel ordenador... Aspirar, espirar, aspirar, espirar,...
Igual os cuento una historia. Yo tenía 20 años o así, formaba parte de un grupo libertario y mixto en la uni. Nos pegábamos el día debatiendo, construyendo, organizando cosas, protestando y tejiendo alianzas puntuales con otros grupos radikales universitarios. Aprendí mucho esos años. Se aproximaba el 8 de marzo y una delegación de Akrazia, un chico y yo, nos pusimos en contacto con el grupo feminista Managaitz para montar algo juntas, juntos. El chico que venía conmigo era un encanto, bastante más suave de maneras que yo sin ir más lejos. Y surgió la pregunta, por nuestra parte, hacia ellas: ¿por qué os reunís sólo chicas?, ¿por qué discrimináis a los hombres?
Ellas, decidieron convocar una charla/debate para aclarar a quien fuera esa opción activista. Recuerdo que Pilar empezó diciendo: esta es la última vez que nos justificamos publicamente, pensad en lo que nos estáis pidiendo. Sentí vergüenza por haberles cuestionado. Yo ya había participado en algún grupo feminista pero nunca en profundidad. No tenía ni idea de las bases teóricas ni de la genealogía feminista. Me convencieron. Me uní a ellas... y poco a poco fui volcando más mi energía en la lucha feminista de manera que mis compañeros libertarios bromeaban y me decían cosas como "te han captado". Cariñosamente. Si hubo conflicto, no lo recuerdo. Aunque quizás la memoria buenrollista ha eliminado esos ruidos de mi historia.
Yo fui una de ellas, de vosotras. Yo me planté delante de un grupo organizado en base a una ideología que, aunque heterodoxa múltiple maleable blandiblú, tiene como poco más de doscientos años de historia y les dije: estáis equivocadas.
Ningún movimiento revolucionario es tan cuestionado continua y públicamente desde la extrema izquierda como lo es siempre el feminismo. Ninguno. Pensadlo. Misoginia, again. Ningún movimiento revolucionario puede hacer tanto daño al sistema. Por eso nos vigila, nos da la razón en algunas cosas, se aprovecha de nuestros logros en su beneficio, nos intenta comprar, convencer, fagocitar,... y también destruir. Y nosotras, escapamos.
Yo ni estaría viva sin feminismo.
Y volviendo al temazo (lo siento Pilar, one more time), cuatro declaraciones de principios, y a este paso, de finales:
1. ¿Por qué os molesta que existan espacios de exclusividad, seguridad, arraigo de mujeres cuando afortunadamente ya existen tantos otros espacios mixtos antipatriarcales y todos se coordinan y encuentran? Sino te sientes cómoda, no vayas.
2. ¿Para qué (y para quién) sirven los discursos no binarios que no denuncian la jerarquía heteropatriarcal entre géneros, es decir, que no son feministas?
3. ¿Por qué nos empeñamos en restar, en jerarquizar, en superar impostadamente lo que sangra, en vez de en sumar, mutar, confundir? ¿Por qué nos pedís a veces que renuciemos a un sujeto político mujeres tan potente políticamente y tan desesencializado (gracias a la lucha trans e intersex, y no sólo)? ¿Por qué ser tan gilipollas y tan irresponsable políticamente y dar un salto al vacío?
4. ¿Quién es tan imbécil como para asegurar que el género no existe? El género es construído, esa es su definición (me parto de risa cada vez que alguien dice que hay que desesencializar el género, karis, volved al parbulario en feminismo). Pero eso no quiere decir que no exista. ¿Tampoco existe la raza? Decírselo a las gitanas que están siendo expulsadas de la maldita Europa supremacista.
5. ¿Quién hostias os ha dicho que ser queer (me parto) o autoafirmarse híbrido, genderfucker, ameba, es superior en vuestra imaginaria escala revolucionaria que nombrarse mujer como estrategia política (o bollera)?
6. ¿Qué alianzas se pueden construir negando la identidad de la otra? Porque yo necesito a las moras con hyjab, a las trabajadoras del hogar cabreadas, a las dones no estàndars, a las putas, a las que han sobrevivido (y se han empoderado) tras un cáncer de mama,...

Yo no puedo estar orgullosa de ser (diagnosticada) mujer. Pero me felicito cada día de mi vida de haberme sumado a esa gran revuelta que dura ya más de dos siglos (Itu dice que muuuuuchos más, explícalo nena), que me ha permitido ser posible en un mundo construido contra mí y contra mis hermanas y que se llama feminismo. Radikal, of course, que una es de Rentería.

jueves, 3 de marzo de 2011

I love ANA ELENA PENA

(Ana Elena Pena, preparándote un café...)
Lo he tenido entre mis manos tan sólo unas horas, después lo regalé. Pero no paro de extrañarlo, lo quiero, lo necesito, me falta,... Hago pompas con saliva, el libro que acaba de publicar (con Melusina, cómo no) mi "miga" Ana Elena Pena. Un delicioso compendio de perversión, dulzura, mordacidaz,... Uno de esos libros que abrazas contra tu corazón porque sabes que va a devorártelo, suavemente. Pequeñas cápsulas de dinamita desde y contra la feminidad más letal que me hacen evocar todo el rato a la Highsmith más vengadora y lúcida de Pequeños cuentos misóginos, pero narrada esta vez desde las mismas entrañas. Estoy enganchada, quiero más. E iluminada por esas muñecas rotas y zombies que sólo sabe dibujar Ana Elena. Uno de esos relatos a los que tienes ganas de migrar porque sabes que caerás en todas las trampas, pero sin sacrificar tu carne porque es de goma, de gominola. Y se lo dije a ella este weekend en Tolosa de Mar (eskerrik asko, ItuBull, kariña!!!): nena, tu libro me pone muy cachonda...
Y evoco también a otra hermanita bastarda de las anteriores, la colección de cuentos La Venus Calva sobre la que ya hablé akí, de mi amada "miga" Juanita Márkez.
(Gracias Kattallin por mostrarme como una se autorreferencia en su propio bló. Más migas!!!)