domingo, 24 de mayo de 2009

NUESTRO AMOR NUNCA FUE SENCILLO


Ando un poco desajustada en el tiempo, las sobredósis son lo que tienen.
Una semana antes de su muerte, entoné aquí el "no te salves". Casi una semana después, subo el vídeo de Myriam y Verónica que recorre ese cuento suyo tan breve y tan inmenso.
El nuestro siempre será un amor de umbrales, de márgenes, de costuras, de heridas, de fronteras, de abismos, de fracturas, pero no lo cambiaría por el plácido amor de meseta.
Hace años vi fotos de los peces prehistóricos que habitan la fosa de las Marianas, el mayor desnivel de este planeta, y me reconocí en ellos. Parecen vertebrados postnucleares mutantes fluorescentes mostruosos y terribles. Jamás el más mínimo haz de luz solar ha rozado su estampa de motosierra. Recuerdan a los riscos de Montserrat.
Creo que de ese agujero negro acuático debió salir nuestra Mariana.
En la apoteósica presentación de mi libro el jueves pasado rendimos nuestro homenaje de perras fieras y fieles a Benedetti. Mario como Mariana.
Diana leyó poemas con su temple de amazona.
Así que aquí os dejo el cuento "Su amor no era sencillo", acariciado por la voz de Cristina Rosenvinge. Para que os vayáis a dormir y a soñar.

COMO NO HAY FORMA DE SUBIR EL PUTO VIDEO, (TEKNOFOBIAAAAARRRRR!), OS INDICO COMO LLEGAR A ÉL:
"su amor no era sencillo" en youtube




domingo, 3 de mayo de 2009

BENEDETTI FOR EVER

No te quedes inmóvil
al borde del camino
no congeles el júbilo
no quieras con desgana
no te salves ahora
ni nunca
no te salves
no te llenes de calma
no reserves del mundo
sólo un rincón tranquilo
no dejes caer los párpados
pesados como juicios
no te quedes sin labios
no te duermas sin sueño
no te pienses sin sangre
no te juzgues sin tiempo
pero si
pese a todo
no puedes evitarlo
y congelas el júbilo
y quieres con desgana
y te salvas ahora
y te llenas de calma
y reservas del mundo
sólo un rincón tranquilo
y dejas caer los párpados
pesados como juicios
y te secas sin labios
y te duermes sin sueño
y te piensas sin sangre
y te juzgas sin tiempo
y te quedas inmóvil
al borde del camino
y te salvas
entonces
no te quedes conmigo.

Ya no recuerdo en que instante de mi vida entró Benedetti, sólo sé que ya era mi sangre.
Este poema es para mí un rezo.
89 años... en cada bocanada de aire que entra en mi cuerpo, anhelo que seas eterno.
Ya lo eres.