viernes, 27 de julio de 2012

UN GILIPOLLAS MAÑANERO Y LA FABULOSA ALICIA MURILLO

Mientras me sigo planteando cómo deshacerme de este blog sin quedar numantinamente aislada en la red (no tengo facebook ni nada que se le asemeje), pasan los meses y la limusina yace cada vez más desguazada en el descampado de mi vida. Nunca se me dio bien zanjar las cosas con dignidad, probablemente por simple pereza. Acabo de regresar a casa con una garrafa de agua y la mala hostia de todos los súcubos del infierno. Como María duerme, me expreso por aquí para calmarme y transformar la rabia en mensaje mañanero a la humanidad. Debían ser las once cuando he amanecido, el aire en Barcelona arde. Mi cuerpo ha gritado: agua. No quedaba embotellada y la del grifo... cualquiera que haya habitado el Raval sabe que no es una opción. Me he calzado las chanclas y un vestido de algodón ancho de tirantes. Desde casa de María hasta el ultramarinos pakistaní más cercano hay apenas un minuto. Suficiente para toparme con varios gilipollas mirones. Mantengo la cabeza alta y la mirada fija al frente, a veces ignorar su acoso presencial es mi respuesta elegida. No quiero que las primeras palabras que salgan de mi boca este día que promete ser tan amable como otro en mi vida vayan dirigidas a un anónimo acosador. Me hago con mi bidón de cinco cristalinos litros y regreso a mi guarida por otro camino. Entro en el portal y la puerta no se cierra tras de mí. Normalmente soy yo la que la empujo para asegurarme de que nadie se cuela, ya intentaron violarme así cuando tenía quince años una tarde de domingo. Pero hoy estoy medio dormida y son las once de la mañana, conyo. Voy por el quinto escalón cuando una voz masculina me reclama a mi espalda. "Perdona, perdona, ¿dónde te has hecho ese tatuaje? Es que venía mirándolo detrás tuya y bla bla..." Cualquiera a quien le interesen mínimamente los tatuajes sabe que es una pregunta de lo más gilipollas, pero aún mi empatía compulsiva con el prójimo me lleva a informarle sobre la ciudad en la que me tatúe. Entonces, tras su estúpida pregunta trampa ese imbécil que me ha seguido hasta el portal e interpelado engañosamente me suelta: lo que más me gustan son tus pechos ahí sin sujetador (y mueve sus manos simulando el movimiento). Le contesto cínica algo como: tú eres un poquito gilipollas, seguirme para decir semejante chorrada,... Vamos, lo que se me ha ocurrido en el momento sin mostrarle la indignación que ellos buscan. Sabía que no me encontraba en una situación de peligro a pesar de su asalto, pero jode que el primer contacto con el mundo exterior sea tan miserable.  Él tiene acento andaluz, lo indico solamente porque su aspecto es de pijo sevillano. O de marica estirada. Es a lo que iba. Amigos maricas, tal y como están las cosas no esperéis nuestra espontánea amabilidad y reconocimiento. Y no os quejéis si lo primero que nos sale al toparnos con vosotros sino os conocemos sea una mueca de hastío. Ya no es tan fácil distinguiros y ellos, los machos, son un incordio permanente en nuestras vidas. En el mejor de los casos. 
Al entrar en casa diviso a María tumbada, espléndida y desnuda. Ya tenemos agua. Y yo me celebro por ser bollera. One more time.






Y aprovecho para colgar (si es que esta vez puedo, no, parece que no) uno de los últimos vídeos de la fabulosa Alicia Murillo en su serie El cazador cazado. Hoy hubiera sido una ocasión perfecta para grabar al mameluco que no ha podido resistirse a perseguirme e importunarme por el movimiento de mis tetas. Alicia explica detallada y certeramente qué hay detrás de esos piropos (qué palabra más horrenda) que tratan de resituarnos a las mujeres cotidianamente en la vulnerabilidad que nos reserva este heteropatriarcado tan asfixiante como el aire que me circunda hoy en Barcelona.   


 http://atravesespejoalicia.blogspot.com.es/

6 comentarios:

Alicia Murillo Ruiz dijo...

Belleza mía, quería haber respondido a este post con una historia que me he inventado y que cierra la desagradable agresión que has sufrido. En mi historia María y tú le hacíais beber al patillas los cinco litros de agua. También lo obligábais a comeros el coño con la premisa siguiente: tenía 10 min. para cada cunilingus, si no os corríais le cortabais un dedo del pie. Pero estoy sin ordenador y escribir desde el móvil es un poco rollo. Te quieeeeero. Esto es amooooool. Te (L)amo.

Unknown dijo...

Ufff, nena, qué ascazo. Nosotras al enemigo ni agua, menos aún coño. Además de bolleras irrenunciables, yo a un tipejo así no le toco ni con un palo.

Alicia Murillo Ruiz dijo...

Curioso lo que planteamos aquí. Siempre ha sido un tema que me ha fascinado: una hipotética agresión sexual de una mujer hacia un hombre. El coitocentrismo imperante hace que la gente lo catalogue, así a la primera, como “algo imposible” aunque lxs que sabemos que los caminos del sexo son infinitos podemos imaginar fácilmente torturas sexuales posiblemente realizables a hombres. La cuestión es que las mujeres no deseamos lo que despreciamos, al contrario que la gran parte de los hombres que han sido educados precisamente para eso. Creo que esa es la base de muchas cosas. Yo tampoco disfrutaría haciéndome comer el coño por ninguno de los acosadores a los que grabo pero me gusta imaginar, como ejercicio mental, cómo lograr romper el deseo que un acosador siente hacia mí y convertirlo en tortura y miedo: mearle en la boca y obligarle a tragarse mi meada (suponiendo que no le guste… suelen ser bastantes los hombres que odian estas prácticas), obligarle a realizar el sexo oral durante mi menstruación diciéndole que soy portadora del virus del sida, amputarle partes del cuerpo si no me satisface… No sé muy bien por qué imagino estas cosas. Creo que la cuestión es la canalización de mi agresividad. Y no me basta el sado, eso es teatro.
María Llopis tiene un vídeo estupendo sobre este tema. Se llama EL Belga, no sé si lo conoces. Lo han censurado en varios festivales.
Que bruta soy diohmiodemiarma.

Unknown dijo...

Cada una imagina (y se venga) como quiere y puede. Ya no trato de comprender los entresijos de las otras, sólo de rodearme de aquellas que los tengan compatibles con los míos.

Unknown dijo...

Joder, eres lo que yo llamo una feminazi loca del coño. menos mal que vives lejos de aqui porque no soportaria tenerte soltando efluvios vaginales dominantes por toda mi preciosa granada. Si decides comportarte como una persona puedes venirte a vivir aqui, que el agua del grifo es mejor que la de las propias botellas

ana elena pena dijo...

ábrete un facebook, nenita...Se te echa en falta