jueves, 28 de junio de 2012

SYLVIA RIVERA, NUESTRA MAMMA QUEER


Ella, nuestra princesa guerrera. Dedico estas líneas al gran Warbear -qué ganas de volver a verte y a bailar con tu teknoakelarre horas- y a mis adoradas puttanas, IdeaDestroyingMuros, con las que me reencontraré mañana en Donosti.


Una vez el fabul-oso Francesco Macarone AKA Warbear me dijo que había conocido a Sylvia Rivera y yo me quedé con cara de ameba. Él, muy sabio y cero arrogante, me miró pasmado: ¿hablas de feminidades subversivas y no sabes quién fue Sylvia Rivera? La del taconazo contra la policía en los disturbios del bar Stonewall de Nueva York a finales de junio de 1969. Hoy 28J, celebramos que las bolleras, travestis y maricas una noche se hartaron del acoso, las redadas, las detenciones con posterior violación en comisaría, y resistieron durante tres días en una batalla épica que ha fraguado la leyenda de nuestra lucha por existir (y disfrutar) como desviadas sexuales. A pesar de que por mi ventana entra el aliento de las calderas del infierno -o quizás también por ello-, se me erizan hasta los pelos que he segado de todo mi cuerpo al pensar en Sylvia Rivera y en todo lo que aconteció aquellas largas jornadas que fundaron nuestra posibilidad. 
Se encendía una luz roja en los tugurios del Greenwich Village, donde hoy una intersección de calles lleva el nombre de esta Mamma Queer, y todas las parroquianas sabían lo que iba a suceder. Entonces una ordenanza de la ciudad prohibía portar tres prendas o más que no correspondiesen al género médica y socialmente impuesto. Por supuesto, según unos códigos estéticos de binarismo heteropatriarcal de lo más rancios. Las marimacho y las travestis comenzaban a intercambiarse la ropa mientras la policía entraba como Atila, con la violencia que despliegan en cualquier parte del mundo al asaltar los zulos de las criminalizadas e indeseables. Pero aquella noche había muerto Juddy Garland y en el bar Stonewall celebraban un homenaje. Esta vez, estalló la rabia. Durante tres noches con sus días, la zona permaneció acordonada por la policía y las multitudes desviadas -lo que hoy llamaríamos queer o LGT- defendieron como fieras su pequeño pero imprescindible lugar en el mundo. La lesbo-homo-transfobia legal, social y cultural de aquella época sólo podemos imaginarla si recordamos las décadas de lucha que hemos necesitado librar desde aquel momento fundacional. Y para ello, como todos los pueblos y comunidades, hemos construido y narrado nuestra propia gesta. Se dice que Sylvia Rivera lanzó su tacón de travesti contra la policía. ¿Cómo no celebrar el 28J? 
Como casi todas las mujeres trans que conozco, Sylvia tuvo que marcharse de casa siendo una niña. Abandonada por su padre y tras el suicidio de su madre cuando sólo tenía tres años, quedó a cargo de una abuela que nunca aceptó la feminidad manifiesta e irrenunciable de su nieto. Había nacido en Nueva York en 1951, en plena posguerra ultraconservadora y patriarcal. (Cuando pienso en toda la esperanza y la libertad que nos arrebataron tras la II Guerra Mundial me pongo muy conspiranoica, como diría mi querida Sayak.) Con once años, ya vivía en la calle arropada por una manada de drag queens. De origen portorriqueño-venezolano, fue puta, yonky, sin techo, transexual y activista siempre. Luchó contra la guerra del Vietnam, a favor de los derechos de las mujeres, de la gente sin hogar, de las adolescentes que tenían que fugarse de casa para seguir viviendo, de las lesbianas, gays y transexuales, de las trabajadoras del sexo, de la población chicana más joven y empobrecida, contra la estigmatización del SIDA y de los drogodependientes. Y cuando digo luchó me refiero a organizó, coordinó, protestó, arropó, formuló, visibilizó,... Fue incansable, callejera, desbocada. Y la encrucijada de opresiones (raza, género, clase, adecuación social,...) que marcó su vida explica mejor que nada qué es esa cosa del queer. Y también qué es esa cosa del feminismo. Incluso a los obreros de la construcción a quienes instruía en igualdad -con La Crisis se ha prescindido de estos contenidos en sus formaciones- les mostraba a Sylvia Rivera. Mujer, travesti, chicana, puta, yonky, sintecho, activista siempre. Ahí la tenéis. Fundadora de nuestra leyenda. Así que. celebrad, malditas. 
Y, como a pesar de que las paroles me explicaron cómo subir vídeos, no tengo tiempo de seguir sus instrucciones, mirad esto!!!!
http://transexualidad-euskadi.blogspot.com.es/2006/04/sylvia-rivera-todava-la-recordamos.html
Me ha hecho llorar. "Los libros dicen que fui la primera en lanzar un cóctel molotov. Tengo que decir que fui la segunda." Así que fue mucho más que un tacón...




Manifestación por el 28J en las Ramblas de Barcelona, en 1977. Estas marchas se consideran también míticas y pioneras en el mundo. La lucha LGT es un camino de rosas con muchas y muy jodidas espinas. Esta foto me vuelve loca...  Por cierto, hoy en Iruñea rendiremos tributo a las maricas que follaban durante el franquismo en los baños de la antigua estación de autobuses. Olé, por tantas corridas clandestinas y gozosas. Para allá que me voy... 

ZORIONAK PERVERTIDAS DERR MUNDO